Malú
era un puto huracán encima del escenario. Yo tenía el verdadero
placer de verla en un lateral del escenario junto a su equipo de
técnico de sonido. No podía dejar de mirarla con una sonrisa que no
me cabía en los labios. Recuerdo que la plaza de toros estaba hasta
arriba y que se puso muy nerviosa al ver el cartel de "No hay
entradas" que lucia la taquilla. Ella no paraba de corretear por
el escenario, iba de punta a punta cantando, animando a la gente,
poniendo esas caras que pone cada vez que sacaba la voz, y a mi
simplemente me encanta. Por no hablar de sus bailes... Y ante esto yo
no puedo disimular lo orgullosa y enarmonada que estoy de esta
mujer.
Antes
de que Como una flor acabara, fui a esperarla a su camerino. Estaba
ansiosa por verla, besarla y hacerle de todo ahí mismo. ¡Como había
estado mi niña!
No
tardó en aparecer por la puerta y abalanzarse sobre mi. Yo la besé
por toda la cara y ella no paraba de reír. Quien nos viera...
Parecíamos dos niñas.
-Para,
para.- Me decía mientras intentaba separarse de mi.- No puedo
respirar.
-¡Vaya
espectáculo gorda!.- En ese momento pasó por delante mía. Con
cariño, le dí un palo en el culo. Sé que no le gusta nada, así
que con una sonrisa esperé a ver su reacción.
-¡Vanesa!
¡Que llevo cuero y pica joder!.- Me acerqué lentamente para dejar
un beso en su frente.
-No
termino de acostumbrarme a ti.- Digo tras el beso. Ella hizo un gesto
de los suyos. Reafirmando lo dicho. Cada vez me sorprendía cada día
y eso era una verdad como un templo. Yo lo único que podía hacer
era rendirme ante ella.
Recuerdo
que en ese momento Malú se apoyó en la mesa para quitarse el
maquillaje. Yo como siempre fui esclava de mis impulso y me
coloqué detrás de ella. Comencé acariciar
suavemente su espalda, desde la nuca hasta el filo de su pantalón.
-Cariño
así no puedo...- Me decía susurrando.
-Esque
no puedo estar más tiempo sin besarte.- Sonrió y siguió a lo suyo.
De nuevo volví a su espalda. Vi por el espejo como cerró los ojos y
paró de quitarse el maquillaje. Empecé a besarle el cuello, metí
mis manos por debajo de su camiseta y sin quererlo ella empezó a
moverse. Si, le estaba haciendo cosquillas, es muy sensible respecto
a eso, cuando digo muy sensible me refiero a eso. No puedes tocar ni
un centímetro de su cuerpo sin que se ria. Os doy permiso para
pensar mal...
-Vane,
no, que me haces cosquillas.- Entre su risa que se mezclaban con sus
palabras y encima que me hablaba rápido no me enteré ni de la mitad
de las cosas que decía. Solo le entendí el "Vane, no".
-¡Vane,
si!.- Con un sutil movimiento la giré para verle la cara.
¡Oh
dios mio! Sin maquillaje es más preciosa si cabe.
-¿Qué
pasa?.- Dijo ante mi embobamiento.
-Cada
día estas más guapa...- Musité a un centímetro de su boca. Y no
hay una mejor mezcla que te dedique una de sus mejores sonrisas.
-¿Vienes
conmigo a casa?.- Resoplé. Lo hice porque ella sabía la respuesta.
-Sabes
que no puedo...- Acariciaba su moflete con delicadeza pero de nada
sirvió.
-Como
poder si puedes... Lo que pasa que te vas con ella.- Se separó de mi
lado con los brazos cruzados. Cuando dice "ella" se refiere
a Inma, es una amiga, actriz, ha venido a pasar unos días a Madrid.
Mañana se va y me encantaría verla. Los días que ella ha estado
aquí me ha sido imposible.
-Cariño,
solo me voy a tomar algo por ahí y vuelvo a casa antes de lo que tú
te piensas...- Me acerqué lentamente a ella, seguía con la misma
posición de antes.- Mañana se va y me gustaría pasar unas horas
con ella.- Le aclaré pero no sirvió de nada.
-Haz
lo que quieras.- Que peligro tiene esta frase ¿verdad? Yo me quedé
callada porque era lo mejor que podía hacer en estos momentos.
El
silencio se apodero del camerino. Ella siguió a lo suyo. Le observé
como se desvestía y volvía a vestir.
-¿No
te ibas?.
-Así
no...- Me acerqué de nuevo a ella y le intenté besar pero antes de
que mis labios aterrizaran en los suyos se apartó, bueno, más bien
me hizo la cobra. Eso me encendió de más, y más dando la
casualidad de que Inma abrió la puerta del camerino justo en ese
preciso momento.
-¡Ups!...
¿Interrumpo algo?.- Vi las intenciones de Malú, y antes de que
pudiera soltar alguna bordería de las suyas me adelanté. -No.- Dije
con la voz tranquila.
Después
de fusilar a Malú con la mirada y coger mi bolso le dediqué un "Ahí
te quedas". Os juro que yo la quiero muchísimo, pero cuando se
pone así es infernal.
¿Como
acabó la noche? Fatal. Cuando volví a casa Malú seguía despierta.
Tampoco me demoré mucho con Inma. Sabía que lo que me esperaba en
casa iba a ser gordo, y así fue. Esa fue la última vez que la vi.
Tras
una discusión a grito pelado, tras que todos los vecinos se
enterasen que lo habíamos dejado, cogí mi guitarra y dí un portazo
que hizo vibrar todos los cristales de su casa.
Recuerdo
que esa noche llamé directamente a Inma, ahí creo que fue donde
acabó lo mio con Malú y empezó lo mio con Inma. El tiempo y mi
cabezonería con olvidar a Malú con Inma hicieron que estuviéramos
juntas todo este tiempo, hasta el día de hoy.
(...)
Un
año y tres meses... Ese es el tiempo que llevo sin ver a Malú, en
todo este tiempo ni siquiera nos hemos llamado para felicitarnos
cuando era nuestro cumpleaños o desearnos feliz año en noche vieja.
Nuestra relación se cortó de golpe ese día.
Hoy
se celebran los premios Cadena Dial, y como no, los premios Cadena
Dial siempre reúne a los mejores artistas nacionales. Melendi, India
Martínez, Pablo Alborán, Alejandro Sanz, mi queridisa Pastora Soler
y Malú. Ellos junto a otros artistas formaron parte de la gala.
Hacía mucho tiempo que no les veía, desde que ella y yo no estamos
juntas todo lo que nos envolvía se congeló.
Durante
la gala no sé como me las ingenié pero no me la crucé por ningún
pasillo ni nada. Pastora me hizo de gancho y a regañadientes me
ayudó. Ella sigue pensando que somos una inmaduras e inconscientes
por haber dejado que todo esto haya acabado de esta manera. Tiene
razón. Pero ahora es demasiado tarde.
Al
terminar la gala, en un recinto cerrado se organizó una fiesta.
Hablé un par de veces con Pablo, me tomé un par de copas con mi
Pastora y me fui al ver que Malú había llegado. Fue una de las
últimas en llegar a la "fiesta" llegó junto a su manager,
ella ni se dio cuenta de que estaba entre la gente, así que ese fue
mi momento para largarme de aquí, pero no sin antes coger una
botella casi vacía de Jack Daniel's. Fui directa a la playa.
Necesitaba estar sola, sin que nadie me pregunte que tal lo llevo o
que tal me va con Inma, siendo sincera me da pereza contestar a esta
última.
-Pareces
una indigente...- Reconocí su voz al segundo.
-¿Perdona?
-Pues
eso, ahí tirada en la arena con la botella de Jack Daniel's...-
Termina sentándose a mi lado. Esta muchísimo más guapa que la
última vez. La brisa hace que su pelo vuele a su compás y haga más
mágico este momento.
-¿Sabes
una cosa?.- Dijo en tono serio cortando el silencio que reinó
minutos antes.- Haga lo que haga, este con quien...- Corrige antes de
seguir y a mi me sale una sonrisa absurda.- Este como este, creo que
no logro ser plenamente feliz.
-¿Por
qué?.- Arrugué el ceño confusa. Últimamente la familia de Malú
no esta pasando por su mejor momento, intenté hacer memoria hasta
que ella habló de nuevo.
-No
sé... No puedo ser feliz cuando tengo a gente que quiero que no lo
es.- Sentencia mirando hacia la luna llena.
-¿Como
quién?.- Pregunto interesada. Como os he dicho antes, desde que nos
hemos separado mucha gente ha tenido que vernos mal a las dos y eso
no es plato de buen gusto.
-Como
tú.
-...
Yo soy feliz.- Intento aparentar que lo soy pero ella me conoce
demasiado.
-Vi
esta semana una entrevista que diste, tu voz era diferente... Por no
hablar de tu mirada.- Esto último lo dijo mirándome fijamente a los
ojos. Yo me hago pequeña e intento buscar una respuesta lógica que
no me haga quedar como una imbécil.
-Y
muchas cosas más que he visto.- Vuelve la vista hacía el paisaje
que tenemos enfrente. Yo me quedo con mi mirada fija en ella
intentando asimilar todo lo que me esta diciendo, pero no me da
tregua.
-He
visto tus fotos con Inma...- Deja caer su frase como si nada.
-¿Y
qué?.- Respondo callándome que entre Inma y yo hay algo más que
unas simples fotos.
-Que
si hubieras hecho esto antes me hubieras hecho mucho daño.- Termina
acostándose a mi lado. La observo como lleva su mano a la arena y
comienza hacer círculos sin sentido. Esta nerviosa, se lo noto, y lo
peor es que me lo esta contagiando.
-Jamas
te haría una cosa así.- De eso estoy segura. Hubiera hecho
cualquier locura por ella.
-Ya...
...
¡Oh dios! ¡Huyamos todos! Ya ha salido la Malú cabezona.
Sus monosílabos y su tono de voz la detectan.
-Es
una amiga.- ¡Vale! No sé como coño decirle que Inma se ha
convertido en lo que ella lleva advirtiéndome desde hace
más de un año.- Me he ido a la playa con ella, hemos salido a tomar
algo y...- Me corta de golpe.
-Y
te has acostado con ella...- Dice con toda tranquilidad, esa misma
tranquilidad que a mi me saca de quicio. Rebufo y me revuelvo en la
arena.
-¡Si!
¿Qué pasa?.- Digo ya enfadada. Sé que suena borde pero joder...
Con ella no se puede ser de otra manera. ¡He llegado a mi límite!
-No
ha sido tan difícil.
-Contigo
todo es difícil.
Por
fin, el silencio pasa y se queda un rato con nosotras, ni me muevo,
ni respiro con tal de que se calle y me deje un rato tranquila.
-¿Sabes?
Hay otra cosa que no entiendo...- La miro ya con la mirada de asesina
puesta en primera línea de guerra. A ver la perla que me suelta
ahora.
-¿Dibujo
naranjas en atardeceres?.- Pregunta sentándose en la arena.
-¿Siempre
tengo que explicarte mis canciones?.- Digo en medio de un suspiro.
-No
entiendo esa frase...- Su mirada delataba que era verdad y no se
estaba quedando conmigo. Lo único que espero es que no haya
escuchado la letra con atención. La escribí en un momento de
flaqueza y eso fue lo que salió.
-Los
atardeceres son de color naranja...- Digo sentándome con ella sin
saber muy bien lo que estoy diciendo.
-Ya
lo sé.- Dice en un tono burlón.
Vuelvo
acostarme en la arena y ella imita mis pasos.
-Sigo
sin entenderlo.- Suelto una carcajada que a mi misma me asusto. Hace
tiempo que no me río de esta manera. Y que casualidad que tiene que
ser con ella.
Giro
mi cabeza y Malú queda a un simple y lejano centímetro. Su olor
vuelve a llenar lo vacíos que dejo al marcharse. No puedo evitar el
cerrar los ojos y respirar hondo. Sobre todo respirar hondo, porque
sé que cuando abra los ojos de nuevo me va a faltar el aire.
-Entiendes
la frase "Ven, corre y besame".- Susurro para que solo me
escuché ella. Pero ella se limita a negar con la cabeza. Termino por
romper ese centímetro y besar su frente. Ella sonríe y yo lo hago
con ella, ¿Y quien no? Creo que hasta la luna también lo hace.
Vuelvo
a mirar hacia el cielo aún con la sonrisa tonta colgada de mis
labios.
-Vane...-
No le contesto. Giro suavemente mi cabeza y por primera vez la miro a
los ojos como hace tiempo he anhelado mirarla.
-Besame.-
Niego con la cabeza porque sé que si hablo no voy a poder decir que
no.
-Vanesa
Martín, he dicho que me beses.- No le gusta que le digan que no, y
menos que se lo diga yo. Pero creo que hoy he hecho lo mejor que
podría haber hecho en toda mi vida.