Narra
Vanesa:
Salgo
de su habitación y cierro la puerta, aún no sé ni de donde saco
fuerzas para seguir andando. Lo único que quiero es darme la vuelta,
abrir y terminar con lo que he empezado... Pero no. No Vanesa, no
puedes...
¡Pero
joder...! Las ganas con las que se ha quedado ella no son mayores que
las mías, lo puedo jurar... ¡Madre mía si lo puedo jurar! Solo
quiero entrar de nuevo, hacerla mía y verle esa mirada cuando sube
al cielo de mi mano, no hay placer y orgasmo mejor que ese... pero,
joder, es que no puedo, no puedo dejar de pensar que anoche estuvo
con otra persona, otra mujer que no era yo, y no sabéis lo que me
jode. Y ya, ya sé que no tengo ningún derecho a reprocharle nada,
ella aguanta lo mio, que encima es peor... ¡Pobre mi niña! Esta
soportando todo esto porque me quiere, me quiere de verdad y yo voy y
se lo pago así...Pero es que solo de imaginar que otro cuerpo, otras
manos están con ella... Dios no puedo soportarlo.
Llego
a la terraza sumida en mis pensamientos, no me apetece entrar todavía
a la habitación. Mi cabeza no para de pensar en la situación de
hace unos momentos... Era todo perfecto, ella, su sonrisa, y Sabina
de fondo. Veo el cigarro a medias de Malú y no dudo. Me lo enciendo
y miro hacia la playa.
-Muy
bonito...- Escucho tras mi espalda.
Me
giro e Inma camina hacia mi lado.
-¿Qué
pasa?.- Pregunto.
Inma
da un manotazo sobre la barandilla. Su expresión es de cabreo. La
Cuesta va a decir algo pero intento excusarme antes de que pueda
decirme cualquier tontería.
-Inma...
yo.- Me corta mientras me quita el cigarro de las manos.
-¿Pero
tu desde cuando fumas?.
Ella
resopla y yo no contesto.
-¿Que
coño te pasa?.- Dice.- Joder, podrías disimular un poco ¿no? Que
estoy delante joder.- Tira el cigarro de malos modos. Solo me mira
mientras espera que le responda.
-¿Disimular?
¿Que cojones dices Inma?.
-¿Que que digo?... ¿A que se debe esa preocupación hacia Malú? ¡Joder...
A ti no te importa donde pasó la noche!.- Casi grita.- ¿O si te
importa?.
Al
escucharla trago saliva, me quedo petrificada... Con la poca voz que
tengo en ese momento consigo contestar “¿Qué dices Inma?”
Intento sacar una risa irónica y mirar a otro lado.
Sabiendo
que no estoy haciendo las cosas bien la sigo con la mirada. Se acerca
a la puerta y mira hacia dentro. Camino para estar a su lado pero
cuando me nota cerca se mueve.
-Te
he hecho una pregunta...
Me
mira, me esta provocando y no en el modo que me gustaría. Sin querer
hacer un drama de todo esto. Mantengo la compostura y digo:
-Vale...
Lo he hecho muy mal, no he pensado en lo que debía de pensar... Lo
asumo.
-Yo
pensé en pasar el día contigo... Me has dejado tirada...
¡Dios
mio! ¡¿Como puedo hacer tan mal las cosas?¡
Veo
como su gesto se relaja, y sin ganas de que sigamos así doy un paso
hacia ella.
-¿Me
das un abrazo?.- Le pido. Me niega con la cabeza y sonrío.
-¿Y
un beso?- Vuelvo a pedirle. No se mueve.
-Señorita
Cuesta... Usted esta muy paranoica.
Le
apretujo con mis brazos y noto como sonríe ante la gilipollez que le
acabo de soltar y por inercia también lo hago yo. Lo cierto es que a
veces me pregunto quién de las dos es la actriz, y como no exploto
con tanta mentira, pero entonces nos miramos unos segundos a los ojos
y algo me hace besarla. Pena, cariño... No sé que es lo que ha sido
pero lo hago. Quizás es que ella me da la estabilidad que Malú
nunca supo darme, que es una relación más madura, y que, a pesar de
que Malú es todo lo que quiero, Inma sabe sacar siempre lo mejor de
mi.
Al
besarla, ella me responde con otro beso hasta que algo hace
separarnos. Un ruido que proviene de dentro de la casa.
Al
fondo veo a Malú. Se queda pensativa, como queriendo reprimir sus
ganas de decir lo que esta pensando. Con el corazón a mil por hora
me separo un poco de Inma e intento caminar hacia Malú pero Inma me
lo impide cogiéndome del brazo.
Una
mirada basta para entender lo que debo hacer.
Sin
apartar sus ojos de los míos, camina hacia nosotras.
-Venía
a por mi mechero.- Musita muy bajito.
Tras
coger el mechero desaparece en cuestión de segundos. Yo me quedo con
la mirada hacia el interior de la casa. Quiero aparentar que no me
importa nada, pero nunca se me dio bien mentir y enseguida se me
nota.
-¿Que
te pasa?.- Inma trae de nuevo mi atención. Vuelvo a mirarla y
encogiéndome de hombros, ladeo una sonrisa y le digo:
-Me
ha cortado el rollo.- Sonrió ampliamente mientras que por dentro se
me parte cada esquina de mi cuerpo.
-¿Y
si nos vamos ya a la habitación?.- Me abraza por la cintura y me
aprieta hacia su cuerpo.-Es muy tarde y estoy muy cansada.
Cuando
llegamos a la habitación ella se mete directamente en la cama, yo
busco cualquier escusa para acostarme cuando ella ya esté durmiendo.
Saco
mi guitarra de su funda y sentándome en una silla, me apoyo en la
mesita de noche. Por toda la habitación busco algo que me sirva de
papel. Improviso un bolígrafo con un lápiz de ojos y comienzo a
escribir.
Nada
de lo que sale me gusta, salvo tres o cuatro frases, esta
claro que la inspiración no está invitada hoy a esta habitación.
En ese momento me pongo a pensar, y sin darme cuenta una lagrima se
desliza por mi mejilla, la verdad es que no me acuerdo en que momento
comencé a llorar pero fueron muchas las cosas que quedaron escritas
en aquel papel con un lápiz de ojos mientras mis lágrimas eran
testigo de lo que ya sentían, y es que esta situación me estaba
llevando a dejar de ser yo, nunca creí en las mentiras, ni en las
infidelidades, siempre he luchado por lo que he querido sin miedo a
las consecuencias, siempre he sido de dejarme llevar y al día
siguiente gestionar lo que venga ¿qué me está pasando? Estoy
siendo injusta con Inma, con Malú pero sobre todo conmigo, con mis
principios. ¿Por qué tengo tanto miedo a que las cosas con Malu no
vuelvan a funcionar? ¿Por qué utilizo a Inma para frenar que eso no
pase? En ese momento miro a Inma, ella lleva horas durmiendo, y en ese
momento pienso que ojala supiera ver y, sobretodo, valorar todo lo
que me da, ojala pudiera quererla como ella me quiere a mi, pero la
realidad es que quien ocupa mis sueños es otra, y eso es algo que no
ha cambiado ni el paso del tiempo ni de personas.
Cuando
pasa una hora e Inma esta más que dormida, me meto en la cama. Me
acurruco a la almohada y apretando bien los ojos tengo la necesidad
de que este día pase.
A
la mañana siguiente alguien me despiertan dándome golpes en el
hombro. Es Pastora, me fijo en su cara, no puede estar más cabreada.
Cuando ve que he abierto los ojos comienza a hablarme:
-¿Te
parece bonito lo que hiciste anoche?.
Me
apoyo en el cabecero de la cama y me callo. ¿Pero que le pasa?.
Giro
mi cabeza, Inma no esta en la cama. ¿Pero que hora es?.
-¿Que
te pasa?.- Consigo decir.
-Vaya
jaleo ayer en la habitación...
-¿Que
habitación?.
¡Menuda
me espera!
-¡¡La
vuestra!!.- Grita.- Esos golpes y ruidos que se escuchaban...-
Esconde su cara entre sus manos y tras relajarse un poco continua.-
Yo veo muy bien que te acuestes con Inma, pero ¡Illa! Que yo no te
escuche... No sé ni como mirarte a la cara...
Cuando
estoy totalmente despejada y sabiendo todo lo que pasó anoche. Me
rasco los ojos y le pido disculpas.
-No
pasa nada cariño, si yo soy feliz viéndote tan bien con ella. Pero
joder... Malú esta en la habitación de al lado. Lo habrá escuchado
todo... Que carilla tiene...Y yo porque estoy enfrente y no quise
salir porque si no ¡os ibais a enterar!.
Os juro que se me pasó por la cabeza una y mil veces, mientras ella me
echaba la bronca, contarle la verdad, contarle que soy tan miserable
que ayer con quien estuve no era Inma, si no Malú y que no dejo de
hacer la gilipollas por miedo, pero luego creí que lo mejor era no
meter más gente en esta mentira.
El
resto de la mañana pasa volando, ni cuenta me doy, no he tenido a
Inma tan pegada y eso me ha ayudado bastante. Malú lleva todo el día
de morros, ni siquiera me ha dirigido la palabra en toda la mañana,
he intentado acercarme a ella de todas las maneras posibles, y solo
se ha quedado en eso, en vanos intentos.
Pronto
cae la tarde y Málaga nos regala unos 20 grados que se agradecen,
los aprovechamos para salir al jardín, poco tardamos en hacer un
corrito al rededor del césped, la temperatura lo agradece y el aire
puro que se respira aquí es impagable. Poco tarda Pastora en salir
con un par de botellas de un extraño licor y una guitarra entre
manos. El alcohol y la música, acompañados de una charla amena es
una de las mejores combinaciones posibles. Inma, Pastora y Julia se
han enzarzado en una conversación sin mucho fundamento, pero llevan
un par de minutos largos con el tema, y al parecer va para rato.
Pablo está inverso en las cuerdas de la guitarra y Malú... Malú
tiene la mirada perdida hacia el horizonte y una cara de muy pocos
amigos...
Se
levanta, coge su teléfono móvil algo de ropa y se dirige hacía el
baño, nadie se ha dado cuenta, excepto yo, que veo mi oportunidad
para ir tras ella ....
-¿Estás
bien?.- Bajé la taza del vater y me senté a esperar su respuesta.
-Digamos
que...- Mientras piensa ladea una sonrisa que a mi no me gusta nada.-
Digamos que si.
Me
quedo unos segundos sin decir nada. Mantenemos nuestras miradas. Al
ver que no piensa decir lo que le pasa, me levanto y camino hasta la
puerta.
-Me
jode... Bueno, no me jode, me revienta, me revienta esta situación y
de la manera que me la haces sentir tú.
Tomo
aire y la miro fijamente.
-Para
mi también es difícil.
-¿Difícil?.-
Ríe irónicamente.- Tú estas en la gloria.
¡Vaya
tela! Aprieto mis puños, respiro hondo, intento retener esas ganas
que me impulsan a meter la cabeza de Malú bajo el agua y no sacarla
hasta que las típicas burbujitas desaparezcan.
Sin
lugar a dudas, hoy la Señorita Sánchez tiene ganas de pelea. A mi
no me apetece, así que para despedirme de ella me acerco a la bañera
y le digo:
-Eres
una imbécil y una egoísta.- Susurro. Me agacho y pego su frente con
la mía. -Podrías hacer el esfuerzo de entenderme.
Ella
no me dice nada, solo me mira. Me acerco a la puerta y apoyo mi mano
en el picaporte.
-No
te vayas.
Su
voz me frena.
-Ven.-
Me pide.
Lo
hago. Camino hasta la bañera, al llegar clavo mis rodillas en el
suelo quedando a la altura de ella.
-Solo
quiero que me digas con quien estuviste...- Acaricio su mejilla para
poder ablandarla un poco pero de nada sirvió.
Sus
intenciones no eran otras que las de removerme un poco más de lo que
ya lo hace habitualmente, quiere demostrarme a mi y a ella que no
puedo imaginarla con otra persona.
-¿No
me lo vas a decir?.- Rozo sus labios con los míos. Sonríe. Intenta
mantenerse seria pero le es imposible.
Ella
se pensaba que iba a dejar de lado este tema, pero no, no puedo
ponerle punto y final. Voy más allá, trago saliva y acercándome a
ella le digo:
-Dime...
¿Te lo pasaste bien?.- Le doy un tímido beso en los labios a la
espera de su respuesta, esa que no llega. Insisto.- ¿Supo hacerte
disfrutar?.- No me separo de ella, de hecho me acerco todo lo que
puedo.
Me
miró con los ojos abiertos como platos. Parece ser que esperaba de
todo menos esto, y no me extraña porque ni yo misma sé de donde
estoy sacando esta valentía, ni donde me estoy guardando lo que me
jode que alguien que no haya sido yo la haya tocado.
-Si.-
Consigue decir.- La verdad es que fue una gran noche.- Respondió
ella intentando aparentar seguridad y convicción.
Sin
poder aguantar y ante un impulso me acerqué a su oído y le susurré:
-¿Mejor
de la que te podría dar yo aquí y ahora?.
Sumergí
mi mano en la bañera hasta tocar su vientre. Su cuerpo se tensa,
cierra los ojo y ladea una sonrisa que me invita a seguir.
Nos
acercamos lentamente con la intención de besarnos, tan lento que
podría parecer una escena de esas pelis romanticonas, que siempre, pasé lo que pasé, acaba bien.
Pero alguien toca la puerta y hace que nos
separemos a golpe de viento.
-¿Malú,
estás bien?.- Reconozco la voz de Pastora al segundo. Nos miramos, y comenzamos a pensar en algo que nos saque de esta encerrona, Malú con voz suave
dice:
-Si,
si, estoy pegándome un baño, tranquila.
-Tengo
que hablar contigo...
Malú
y yo nos miramos con cara de circunstancia... ¿Qué hago? El baño
apenas tiene 3 metros...
Voy
detrás de la puerta, y al más puro estilo 007, quito el pestillo y
abro la puerta.
Cuando
la vuelvo a cerrar Pastora se sorprende al verme...
-Pero...-
Nos mira como si estuviera viendo un partido de tenis.- ¿Qué cojones
haces tu aquí?.- Clava sus ojos azulados en mi. Trago con dificultad
y mirando a Malú digo la primera estupidez que se me viene a la
mente.
-Hablar...
¿No lo ves?.
-Pues
no.- Da una vuelta sobre si misma con los brazos estirados y
señalando a Malú que sigue en la bañera, aclara.- No ves que no lo
veo...
Nos
quedamos unos instantes en silencio. Camino hacia el vater, bajo
la tapa, me siento y cubro mi cara con mis manos.
-Joder
Vane... Inma esta fuera, si te ve... si hubiera sido ella en vez de
yo... ¿Eres consciente de lo que estas haciendo?.
-No
ha pasado nada Pastora.- Malú viene a mi rescate, pero para Pastora
esa respuesta no es suficiente.
-¡Faltaría
más que pasará algo!.
Mi
querida Amparo, suelta una risilla que llama mi atención. Y
susurrando flojito dice:
-Gracias.-
Dicho esto, toca mi mano y la de Malú y con la misma sonrisa de
antes, se agacha para estar a nuestra altura, dice:
-Os
tengo que contar una cosa... No lo sabe nadie y quiero que seáis las
primeras en saberlo.
Malú
y yo nos miramos, y le hacemos un gesto a Pastora para que siga. Ella
se toca la barriga, y susurra:
-No
es el mejor lugar para decir esto pero... ¡Estoy embarazada!.
-¡¿Qué?!.-
Dice Malú exaltada.
-¿Un
bebe?.- Digo extrañada.
-Si,
Vane, un bebe...-Pastora me coge de las manos con los ojos
cristalinos mira a Malú que esta igual de emocionada que ella y se
abrazan mientras lloriquean de felicidad.
Cuando
se sueltan, tardo en reaccionar y me alegro por Pastora y le abrazo
fuerte.
¡Una
mini Amaparo!
-Vamos
hacer una cosa ¿Vale?.- Pastora se levanta, se seca las lágrimas, y
caminando hacia la puerta, añade: -Salgo yo primero, y luego tú.
Cuando
Pastora desaparece del cuarto de baño, vuelvo a poner el pestillo,
me acerco a Malú, me agacho todo lo que puedo y beso su frente.
-Nos
vemos esta noche.
Ella
asiente, y termina por cerrar los ojos y seguir disfrutando del baño.
Consigo
salir del cuarto de baño con facilidad. Salgo al jardín y me veo a
Pastora hablando con Inma. Sonrío ampliamente, y le hago un gesto de
agradecimiento.
Cenamos
todos juntos en el porche, hace una noche fabulosa y la luna llena
ilumina más si cabe que los farolillos que adornan el jardín.
Durante
la cena las miradas vuelan en la mesa, Inma esta sentada a mi
derecha, y más pegada que nunca.
Malú
justo enfrente de nosotras y al lado de Pastora me va lanzando
miradas que si esas miradas mataran yo ahora mismo viva no estaría.
El
vino y el buen ambiente hace que nos relajemos, Pastora saca el tema
de la maternidad sin decir que está embarazada.
-¿Y
vosotras?.- Dice Pablo apuntándonos a Inma y a mi con su dedo.
-¿Nosotras
qué?.- Pregunto yo pegando un trago largo al vino.
-¿Que
cuando vais a ser mamas? Estáis en la edad.
No
se que me dolió más si la cara que puso Malú al escuchar eso, si la
sonrisa de Inma, la cual me miraba esperando que respondiera a la
pregunta de mi amigo Pablo, o el hecho de darme cuenta de que nunca me
había planteado tener un hijo hasta que empece mi relación con
Malú. En ese momento una patada de Pastora por debajo de la mesa me
hace volver al mundo real y a caer en la cuenta de que una mesa
entera espera mi respuesta, y entonces me di cuenta de que mientras
imaginaba en mi cabeza que decía, que con la única persona con la
quedaría ese paso sería con la persona más infantil e inestable de
toda la mesa, ya llevaba un rato explicando que aun no me veía
preparada para eso, que estaba en el momento más especial de mi
carrera y que no había prisa. Pronto me di cuenta que a Inma no le
había gustado mi respuesta.
-Pues
a mi me encantaría tener por aquí correteando una “mini Vane”,
con su sonrisas y su ojos.
Comenta
Inma con una sonrisa dirigida a la mesa y como no, en concreto a
Malú. Acompañó estas palabras cogiéndome de la mano y robándome
un beso.
-Voy
al baño...- Se escucha decir a Malú mientras se levanta de la mesa.
Mis ojos no tienen otro objetivo que ver como Malú entra a la casa.
No puedo evitarlo miro a Inma y le digo:
-¿Crees
que era necesario eso? Creo que se te ha ido de las manos esto eh.-
Llevo mi vista al frente.
-Por
una vez, podías defender a tu novia y no a ella.- Me reprocha Inma
con la cara descompuesta.
-Chicas
por favor.- Interviene Pastora sin saber muy bien que hacer. Inma se
levanta de la mesa y solo se escucha el portazo de la puerta de casa.
Yo
llevo media hora paralizada sin saber como reaccionar.
-Vane,
lo siento, no quería que pasara esto.- Dice Pablo sin saber donde
meterse.
-No
pasa nada chicos, en el fondo esto es lo que me merezco. Os dejo,
necesito pensar.- Me levanto y me voy al jardín, tenía una batalla
interna en ese momento que no sabía por donde iba salir. Malú por
un lado, e Inma por otro. ¿Hacer lo correcto? o ¿hacer lo que me
pide el cuerpo? No sabía si tenía que entrar a la habitación y
decirle a Malú que estaba muerta de miedo, y que lo sentía mucho y
que la quería. O ir en busca de Inma y arreglar las cosas con ella.
Pastora
se sienta de repente a mi lado y me abraza, ¿sabéis ese momento en
el que alguien que quieres te abraza cuando no puedes más y se te
cae el mundo y empiezas a llorar? Pues esa sensación me invadió por
completo. Pastora me conoce y supo desnudarme con una mirada, me miró y se entero de cosas que creo que ni yo misma me había a atrevido a
decirme.
-Vane,
cariño, esto no es por la conversación de la mesa, ¿verdad?.- Me
pregunta Pastora mientras me regala una media sonrisa.
-Todo
es muy complicado, nunca me había pasado que la situación fuera tan
compleja que no supiera ni hacer una letra de una canción, llevo
días sentándome en frente de un papel y sin capaz de escribir nada
con sentido. Estoy superada.- Añadí mientra le apartaba la mirada,
me hacia sentir pequeña.
-¿No
has olvidado a Malú, verdad?.- Intento disimular haciéndole un
gesto de negación con las manos pero eso no fue suficiente.- ¿Ha
vuelto a pasar algo entre vosotras?- Dispara Pastora. Esa pregunta me
deja clavada, esas palabras salen de la boca de Pastora como un misil que hace que mi espalda caiga de
golpe contra el respaldo de la silla, y me lleva aquella primera vez
que cruce la línea de nuevo, y sin ser consciente comienzo a hablar
sin poder parar.
-No
debería haber permitido todo esto, todo esto es culpa mía, no
tendría que haber empezado con Inma, nunca debería haber actuado
con la cabeza sino con el corazón, nunca debería haber utilizado a
Inma para no tener nada con Malú. La quiero mucho, pero no como se
quiere al amor de tu vida, no como se quiere a la persona que estará
siempre por encima de cualquier otra. Y ahora...- Hago una pausa, el
pecho me pesa, termino colocando mi cabeza entre mis manos y sabiendo
que ahora no hay marcha atrás, decido continuar.- Y ahora no se cómo
decirle que se acabó y que todo lo que había tenido con Malú es
verdad. Lo único que sé es que esta situación me ha hecho hacerle
daño a mucha gente, pero sobretodo me he hecho daño a mi, a lo que
yo soy, siempre he sido clara, sin miedo a las consecuencias,
valiente, y esta situación ha sacado lo peor de mi. Y no se cómo
hacerlo...- Le digo en un tono casi gritando a Pastora.
-Mi
niña, no te tortures, hay veces en la vida en la que no somos
consciente de donde nos metemos y que cuando estamos dentro no
sabemos salir, no te voy a decir que lo has hecho bien porque no
sería verdad, pero diciendo esto me demuestras que tus principios y
tu conciencia siguen ahí, en tu mano esta volver a ser tu, y no
deberías de hacerlo ya ni por Malú ni por Inma sino por volver a
sentirte tu. Quizás Inma es lo fácil, estabilidad, sentirte más
libre, sin idas y venidas, pero de qué sirve todo esto si no eres
feliz, si te acuestas pensando en otra persona y encima esa persona
se muere por ti, quizás no hace las cosas de la mejor manera, pero
hay algo que te ha demostrado y es que te quiere como a nadie y que
siempre será la primera.- Soltó del tirón Pastora mientras me
dedica la mayor de sus sonrisas. Escuchar eso me había dejado rota,
escuchar todo eso me había abierto los ojos e inconscientemente
sonreí al escuchar lo que había dicho sobre Malú. Pastora al ver
que no reaccionaba con sus palabras me grita:
-¡¡Illaaaa!!
Que vayas a por Malú, y ya hablaras con Inma cuando vuelvas para
tomar decisiones.- Me levante rápidamente, le di un beso y corrí
hacia la habitación donde lleva ya un par de horas Malú, caminaba
con paso firme pero me temblaba todo, no sabía que tenía que
decirle, y no era tan fácil, ¿estaría muy enfadada?¿estaría
cansada ya de mi?
De
camino a la habitación iba pensando que se supone que tenía que
decirle, pero de un momento a otro caí en la cuenta que con ella
nunca puedes planear que vas a decir, porque es capaz de tirarte el
discurso con tan solo una mirada. Cuando llegue a la puerta, esta
estaba entre abierta…dudé en si entrar, pero solo dudó mi cabeza
porque mi mano ya estaba empujando la puerta. Al entrar ella estaba
sentada con la cabeza entre sus piernas, parecía estar llorando pero
con ella nunca se sabe. Mi voz tímida, llena de dudas, miedo e
incertidumbre sale en forma de susurro.
-Lo
siento…- Ella al levantar la cabeza me mira.
-¿Lo
sientes? ¿Eso es la solución a todos tus problemas, no? ¿Eso es lo
único que vas hacer y decir ante esta situación?.
En
ese momento mi cuerpo me pide a gritos que salga de esa habitación,
que lo que viene ahora viene vestido de reproches y de palabras que
duelen, pero mi corazón no sé porque se siente fuerte, se siente
valiente, creo que está cansado de huir, de fingir, y de no decir.
-Pues
la verdad..no sé si un “Lo siento” es lo único que voy a
decir... la verdad es que nunca sé como tengo que actuar contigo...
la verdad es que no sé si tengo que dejarlo todo por ti, ni si
quiera sé si te lo mereces…y ¿sabes por qué no lo sé? Porque hay
dos personas en ti, esta la persona que me llama gorda y mis sentidos
dejan de funcionar, esta la persona que me busca, que me quiere, la
persona con la que un día compartí mi vida, la mujer que habla
cuando toca fondo, y la mujer que habla seriamente solo en algunos
momentos... Pero luego esta la cría, la que deja que nuestra relación
se acabara por irme a cenar con una amiga, la que nunca volvió a
llamarme, la que a ratos dice cosas para hacerme daño, la que no se
con cuentas personas ha estado después de mi , la que no me conoce y
piensa que esto es fácil para mi, la que convierte lo que tenemos en
un juego, de haber quien aguanta más, de quien se rinde primero,
pero ¿sabes que es lo peor?.- Le susurro.- Lo peor es que TE QUIERO-
Le grito.- Lo peor es que no se estar sin ti, que eres capaz de
desmontarme, y que me encantas tú, la mujer que a ratos es seria y al
rato está jugando, que me encanta jugar si es contigo, aunque el
juego me haga daño.- Mientras suelto todo lo que llevaba dentro, mis
ojos han iniciado una pequeña investigación sobre su reacción pero
no consiguen sacar nada en claro, no sé qué está pasando por su
cabeza y lo cierto es que me aterra no saber que pasa en ella.
De
repente, una media sonrisa asoma de sus labios, creo que va cargada
de ganas y a la vez maldad, lo cierto es que asusta. Ella decide que
la distancia que nos separa es demasiado larga, por que, como diría
Marwan ¿quién diablos sabe calcular bien la distancia que debemos
mantener? Nuestro cuerpos se acercan...
-Y
después de este discursito, que pretendes ¿eh?.- Suelta como si de
una bomba se tratara. Me obligo a mi misma a mantener la compostura
pero mis ojos me delatan y miran los suyos, sus sonrisa sale a la luz
como el soldado que ha ganado una guerra, no lo puedo evitar y mis
manos la envuelven, me pido gritando parar pero no puedo, mi cuerpo
actúa por inercia, no esta dispuesto a escucharme... La beso, la beso
con decisión y me abandono, abandono todo lo que soy para ser lo que
ella quiera que sea. Ella parece estar más segura que yo, parece
tener muchas ganas, hay rabia en nuestro besos, hay tanta tensión,
nuestros besos son aquellas palabras que no somos capaces de
decirnos. Hay un momento de tregua en nuestra guerra particular de
besos, se separa y me hago pequeñita temiendo su rechazo, es
entonces cuando me susurra con la voz más bonita que hay en el
mundo:
-Te
quiero.- Esas palabras hacen que coja las riendas, y llena de ganas,
empieza de nuevo nuestro juego particular, del que nunca salimos bien
paradas, pero ¿y qué?.
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Si has llegado hasta aquí te doy la enhorabuena jajajaja
Bueno, quiero agradecer a tooodas las personas que han colaborado en este capi, que más que un capi parece una ONG.
Han sido muchos meses sin subir un capi normal, en condiciones.
Espero que os guste, hay mucha mano metida y he intentado disimularla para que quedara todo perfecto.
Muchísimas gracias por seguir aquí, y por todas las visitas que le estáis dando a todo esto!!