-Vanesa
Martín, he dicho que me beses.- No le gusta que le digan que no, y
menos que se lo diga yo. Pero creo que hoy he hecho lo mejor que
podría haber hecho en toda mi vida.
... Apreté
mis puños e intentando controlar la voz contesté:
-No...
No puedo.
¿No
puedo? ¿He dicho yo eso? No me lo creo ni yo ¡Me muero de ganas por
hacerlo!
Quise
hacer el amago de levantarme y poner la típica escusa
pero parecía que había una fuerza sobrehumana que hacía
que mi cuerpo se quedara quieto.
-Va...
Vete... Nadie te lo impide.- Dice dejándome espacio para
levantarme.
Sin
mirarla, me levanto y comienzo a caminar.
Mientras lo
hacia iba echando miradas hacia atrás. La veía sentada
en la arena mirando la nada.
Me
daba un pelín de miedo dejarla sola a las 4:45 de la mañana.
-¡Malú!.-
Reculo uno cuantos pasos, la veo que me mira... y creo que
ya hemos hablado de eso antes. Me achico. Trago saliva para
poder hablar con claridad.-No te quedes aquí sola, es
muy tarde...- Digo con voz suave para que no se enfade.
-Aquí
estoy bien...- Sentencia la que hoy por hoy sigue siendo mi ex. Mi
ex... Que palabra más fea, pero es lo que somos. No puedo ser su
amiga. Me niego.
-No
seas cabezona...
-¡Vanesa! Déjalo ya
joder, me quiero quedar aquí.
-¡Pues
ahí te quedas!.
Volví
a repasar el camino que dejé minutos antes. Esta vez sin
mirar atrás. ¡Que la den!
Si,
cuando se pone así tiene la capacidad absoluta para que pierda los
papeles... y yo suelo ser una persona que tiene bastante paciencia,
pero tratándose de ella es imposible.
Desde
que llegué de los premios Cadena Dial no me he vuelto a cruzar con
Malú. Pastora tenía algo en mente para hacer este fin de semana y
llevo a cabo su plan.
Aprovechó
que ninguno teníamos cosas que hacer para irnos a una casita que
tiene por las afueras de Madrid. Pastora y Pablo suelen tener la
pequeña manía de reunirnos a todos cada vez que podemos. A
cariñosos no les gana nadie. La última vez que quedaron, y digo
quedaron porque yo no fui, fue en casa de Malú, entendéis el porqué
de mi ausencia ¿no?. Pastora fue la primera que me pilló y la
primera en echarme la bronca y estar sin hablarme semanas. ¡Que malo
es conocerse!
Ella
quiere que vayamos todos a pasar un fin de semana, viernes, sábado y
domingo. Viernes, sábado y domingo viendo a Malú, no
sé si eso es buena idea, o nos hacemos amigas para siempre o
de ahí sale la tercera guerra mundial.
Y
hoy precisamente me llamó para recordarmelo. Recordarme de que me
fuera sola, que no quería malos rollos, yo solo asentía y
le decía que si a todo.
-¡Que
si pesada!.- Digo tras la linea. Inma me miró con preocupación.
Termino
colgando y explicándole a Inma mis planes para este fin de
semana.
-¿Va
a ir Malú?.- Pregunta apagando la televisión.
-Pues
no lo sé.
-¿No
lo sabes o no me lo quieres decir?.
-No
lo sé...-Realmente si lo sé pero prefiero decir que no lo sé a
decirle que va ¿Sabéis la que la puede liar? ¡Quita,
quita!.-¿Por qué iba a mentirte?.
-No
vayas...- Se levantó del sofá y caminó hacia
mi.- Quédate conmigo.
Veo
que se acerca más y extiende sus brazos por mis hombros. Yo me quedo
quieta.
<<Vamos
Vanesa, piensa rápido...>>
-Inma...
¡Mierda!
No se me ocurre nada creíble que decir.
-Va...
¿Que te cuesta?.- Planta un beso fugaz en mis labios
y rápidamente contesto:
-Hace
tiempo que no les veo, no me puedes pedir que no vaya.
Se
separó de mi como si le quemara. Mientras se alejaba me
iba analizando con la mirada. Volvió al sofá y
sin decir nada encendió de nuevo la televisión.
Tras
ver su patética reacción me encaminé hacia el cuarto a
preparar una pequeña maleta para este fin de semana. Durante
toda la tarde me dediqué a eso. No quería cruzarme con ella, no
tenía ni ganas, ni tiempo.
A
la tarde siguiente ya estábamos en casa de Pastora.
Pablo y David se iban a ocupar de preparar la cena, mientras que
Pastora, Malú y Julia, que por cierto, Julia es una supuesta amiga
modelo de Pablo, se iban a ocupar de organizar la casa. Faltaban
algunas cosas así que decidí ir yo. Necesitaba espacio y
sobre todo prepararme para lo que viene en este maravilloso y
estupendo fin de semana que ha organizado Pastora.
Cuando
volví, los chicos habían encendido la barbacoa mientras que las
chicas se estaban tomando algo dentro de la casa.
La
noche acabo con 3 botellas de vino vacías y una guitarra que se
paseaba de mano en mano.
Todos
cantaban, tocaban y bailaban, menos yo. No me apetecía nada. No sé
si es porque realmente no me apetecía o era por la presencia de
Malú. Nuestras miradas se chocaron un par de veces. La mía era
clara y transparente, la suya un mar de dudas las cuales yo no supe
leer nada.
-Vane,
toca tu algo.- Pablo me tendió la guitarra con una de sus
maravillosas sonrisas.
-No,
no.
-Joder
Vane, venga.- Pastora me da unos cuantos toquecitos en el
hombro.-Puedes cantar, "Borracha de amor" con Pablo,
"Durmiendo sola" con David o "No te pude retener"
con Malú.- Dice Pastora acomodando la guitarra entre mis brazos, a
cual es peor para este momento.
-No
te pude retener es preciosa.- Suspira Julia.
-Lo
sé.- Sonrío triunfante al recordar a uno de los pilares de mi
"Cuestión de piel".
Miro
a Pablo y comienzo a entonar mi "Borracha de amor", nada de
baladas.
En
el estribillo mi malagueño se levantó y comenzó a bailar
mientras cantaba:
"Si
me quieres aquí estoy
si
no date media vuelta
no me marees que no voy,
que no voy, que no voy a perder la cabeza."
no me marees que no voy,
que no voy, que no voy a perder la cabeza."
Yo
lo miraba con una sonrisa permanente. ¡Que arte tiene mi niño!.
Cuando terminemos le pase de nuevo la guitarra a Pablo. Él se volvió
a sentar en el suelo y empezó a cantar "Te he echado
de menos". Ahí fue cuando me levanté, justo lo que no quería.
Parecía que me había leído la mente y yo no tengo el
cuerpo para baladas bañadas en almibar.
Salí en busca de paz y armonía. No aguantaba ni 5 minutos más ahí dentro. Cogí a mi pequeña y me senté en una de las sillas que habían repartidas por la parcela. Dando la espalda a la casa y con la mirada puesta en el lago que había a lo lejos, empecé a entonar la canción que por inercia siempre canto al coger mi guitarra.
"Procuro olvidarte... siguiendo la ruta de un pájaro herido.
Procuro
alejarme... de aquellos lugares donde nos quisimos.
Me
enredo en amores, sin ganas ni fuerzas por ver si te olvido...
Y
al llegar la noche de nuevo comprendo que te necesito"
No puedo seguir más. Las manos me fallan y la voz más de lo mismo. Del fondo de mi garganta sale un "joder" cargado de rabia e impotencia. ¿Que me esta pasando? ¡Me cago en mi vida! En 4 malditas frases acabo de describir mi situación con Malú.
-No pares, estaba sonando bien.- La oigo. La siento. Siento su mirada clavada en mi nuca. Giro mi cabeza y ahí está, acostada en una de las de las hamacas con un cigarro entre sus dedos.
-¿Que
haces aquí?.
-Pues
ya ves...- Da una calada al cigarro y espero a que siga, pero no, la
cosa se queda aquí.
-Ya
veo ya... ¿Por qué no te largas?.- Digo con toda mi chulería
malagueña.
Ella
sonríe, y clava sus impactantes ojos marrones en los míos.
-Deberías
aprender a mentir mejor.
No
cariño, no debería aprender a mentir. Lo que debería de aprender
es a ser menos expresiva con mi cara. Mis ojos le gritan que se
siente a mi lado, que duerma conmigo como lo hacíamos antes
y dejemos esta chorrada de lado.
La
escucho soltar una carcajada.
-Venga
va, canta algo que se te da mejor.
-No.
-Si,
la de las naranjas en los atardeceres.
¿Como
ha llamado a mi canción? ¡Como osa llamarla así! Osea... que estas
tú todo un puto día componiendo, pensando en un nombre para una que
la llame ¿"la de las naranjas en los atardeceres"?
-¡No!
-¿Trampas
entonces?.- Insisten en la jodida canción.
-Te
estoy diciendo que no. No voy a cantar.
-Te
lo estoy poniendo fácil. Cantas y me voy. ¿No es lo que quieres?.
Toma...
¿No querías chulería? Pues toma dos tazas...
Me
callo y vuelvo mi vista hacia el lago. Los únicos que cantan aquí
son los grillos que merodean entre los arbustos.
-¿Caprichoso?.
¡Y
dale! No sé callará... Esta poniendo a mi paciencia al borde de la
locura.
-¡No!
¡Joder! ¡No! No quiero.- Esto lo digo sin mirarla. No me apetece.
Parece que todavía no se ha percatado de que me he cansado de este
jueguecito.
Escucho
como la hamaca se mueve y sonrío al saber que se ha marchado. Pero
mi alegría se esfuma al sentir la cara de Malú junto a la mía.
-Eso
es lo que eres... Una caprichosa.- Musita y se marcha.
Me
asfixio. Me ahogo. Me quiero morir.
¿Pero
quien se ha creído que es esta tía? Giro mi cabeza para verla
entrar.
¡Por
fin! Sola otra vez. Definitivamente no ha sido buena idea venir
aquí.
Malú
me contradice. Su cara de inexpresión me confunde más de lo que
estoy.
Dejé
la guitarra en el suelo. No sé cuanto tiempo estuve ahí fuera, solo
sé que lo pasé pensado en todo y sacando conclusiones sin
sentido.
Mi teléfono suena sacándome de
esos pensamientos.
-Sal
fuera.
-Estoy
fuera.
-Ábreme entonces.
Con
el ceño fruncido camino hacia la puerta. Espero que no haya venido
para quedarse.
-Siento
haber venido a esta hora pero han adelantado el rodaje y me tengo que
ir ya.- Inma me tiende a mi Pongo.
-No
pasa nada ¿Cuanto tiempo vas a estar fuera?.
-Como
mucho dos semanas. Me hubiera gustado despedirme de ti de otra
manera pero...- Se cuelga de mi cuello y comienza a besarme, y yo
como soy una idiota profesional la sigo.
Me
despido de ella y entro en la casa con mi perro en brazos. Cuando
entro al cuarto veo a Malú tumbada en la cama con el móvil en
la mano.
-¿Qué
hace Pongo aquí?.
-Nada...
Ya ves... No puede vivir sin mi.- Río tras dejar un besito en la
cabeza de Pongo.
-Ya...
-¿Qué
pasa ahora?
-Nada,
nada... ¿Y como dices que ha venido Pongo? ¿En autostop?.
-Me
lo han traído. No se va a quedar solo en casa.
Camino
hacia la cama con Pongo entre mis brazos. Lo dejo en el suelo pero no
tarda en subir a la cama y tirarse encima de Malú.
Embobada
me quedo mirando como mi perro empieza a corretear de alegría al
reecontarse con Malú.
-¡Estas
más gordo Ponguito!.- Malú se tumba con Pongo repartiendo miles de
caricias por su peluda barriga.
-¡No
está gordo!.
-No
que va...- Dice como siempre exagerando las cosas.- Más
que Ponguito le tenemos que llamar Pongazo.
Quiero
defender a mi perro pero me es imposible. Comienzo a soltar miles de
carcajadas. Mi perro esta más feliz que una bolsa de pipas.
Cuando
termina de corretear por la cama, se acuesta en medio de ella.
Miro
a Malú y ella asiente feliz, sabe que vamos a tener un problema.
Pongo duerme con nosotras. Otro al que tengo mal acostumbrado.
-Ya
ves tu.- Dice acostándose en la cama.- Pongo no ocupa
lugar, imagínate si fuera Danka.- Abre los ojos
al ver las pequeñas dimensiones de la cama.- No, no, con el calor
que da la pobre.
Cuando
consigo acostarme, mi perro corre para ponerse encima mía. Con
gusto le acaricio las costillas y le susurro en el oído "Mi
Ponguito como me conoces" fue lo único que pude decirle porque
Malú interrumpió mi momento con mi perro.
-Pongo,
Pongo y Pongo... Yo también te conozco muy bien.- Dice
reincorporándose en la cama. Con guasa me llevé las manos por
detrás de mi cabeza a esperar a que diga todas esas cosas que
supuestamente sabe de mi.
-No
te gusta que te despierte el despertador, cuando lo hace te sueles
levantar de mal humor, aunque al rato se te pasa. Tampoco te gusta
bañarte con agua fría aunque estés en el mismo infierno.
No sé el por qué pero siempre que te he visto componer lo has
hecho tirada en el suelo. Por las mañanas sabes a café y por las
tardes a chicle de menta. Tienes una risa muy contagiosa y cuando vas
a llorar te tiembla la barbilla y acabas haciendo pucheros. Cuando te
sueles acostar estando enfadada, tensa o preocupada a la
mañana siguiente te duele la mandíbula. No te gustan las
peleas.- Río y ella lo hace
conmigo.-¿Te acuerdas cuando nos peleábamos?.- Asiento
sonriendo.-No había cosa que mas me jodía que ver como
estaba yo hecha un manojo de nervios y tu tan tranquila como si
nada.- No puedo evitar reírme de nuevo.-El beber te
sienta mal... Muy mal. Cuando estas mala te tiras todo el día en
el sofá comiendo helados y viendo series o pelis malas. Te
mueves mucho cuando duermes, te dejas de mover cuando sientes que hay
alguien a tu lado. Siempre sacas un pie por debajo de la manta y
siempre te tapas aunque estés en Málaga en
pleno agosto. Con la edad que tienes te has caído más de
una vez de la cama. A todo el mundo le gusta como compones.-
Niego con las cabeza mirando hacia otro lado.- Todo el mundo
quiere tus canciones, ¡incluso yo!.- Aclara.- Me encanta...- Corrige
y prosigue.-Bueno... Me encantaba llegar a casa y verte concentrada
en tus cosas. Eres de las pocas personas que me han dicho que no a
algo.-Sonrío otra vez. Recuerdo cuando me pedía que le
comprara tabaco cada vez que salía a pasear con Pongo y yo
le decía "el veneno te lo compras tú" es una
gilipollez pero los grandes recuerdos se basan en pequeños detalles.
La veo sonreír y por como me mira sé que ha pensado en lo
mismo que yo.-¿Te acuerdas ese día que pasemos las dos todo el día
metidas en el sofá?.- Asiento, sé a que día se refiere y lo
que viene no me va a gustar nada.-¿Te acuerdas de lo que te
dije?.- Vuelvo asentir de nuevo casi sin ganas.-¿Te das cuenta ahora
de lo equivocada que estabas tú y lo acertada que estaba yo?.- Me
callo y pienso. ¿Es cosa mía o esto ya está sonando a reproche?.
-Bueno...
-Bueno
no.- Me corta de golpe.-No me gustan los "Te lo dije"
pero...
-Dilo...
Si te vas a quedar más a gusto dilo.
Ese
día Malú me preguntó si me quedaría con ella para siempre en ese
sofá, yo me lo pensé y le contesté que si, ella se enzarzó sola
en una conversación en la que yo ni participé, decía que
esto algún día se iba acabar, que iba ser yo la primera
que iba a rehacer su vida y yo se lo negué, y le dije que
si pudiera pararía el tiempo en ese mismo instante.
Y
bueno desgraciadamente todo fue como ella predijo. Pero todo no es
tan simple.
-Y
como estamos hablando de cosas que no deberíamos.- Dice
interrumpiendo mis pensamientos.- Lo siento.-La miro confusa,
intentando desvelar otra vez lo que sus ojos me quieren
decir.- Siento todo lo que pasó ese día. Reconozco que me pasé.-
Dice agachando su cabeza.-Siento el no haberte llamado al día
siguiente, aunque tampoco entiendo el por qué no lo hiciste tú,
pero bueno... Te juro que no tuve el valor suficiente para llamarte y
pedirte que volvieras, escribí miles de mensajes que nunca te envié
por cobardía. Luego me enteré de eso.-Hace un gesto con la cara.-
Ya sabes... A lo de Inma. En ese momento comprendí que quizás eso
era lo mejor para ti y que yo no podía darte...
-Malú
ya...- La corto. No quiero escuchar más. Me esta matando por dentro
y no sé que cojones decirle.
Ella
agacha la cabeza arrepentida, coloca su mano en la cabecita de mi
Pongo y musita un "ahora vengo".
Miro
a Pongo y volviendo atacar a mi mente me hago miles de preguntas pero
sobre todo hay una que destaca entre todas. ¿Que se supone que
debería de hacer ahora?.
Las
horas fueron pasando y Malú seguía sin volver. Yo daba
vueltas en la cama, cualquier postura era incomoda. Parecía que
estaba durmiendo en una cama de pinchos. Acabé levantándome y
saliendo al salón y ahí me la encontré. Tumbada en el sofá.
Me apoyé en el marco de la puerta a mirarla, a darme cuenta lo mucho
que la echo de menos y la falta que me hace.
Caminé
hacia el sillón, esta tan metida en su mundo que no se ha
dado cuenta que solo estoy a escasos metros de ella.
Le
miro la cara, las manos, la barriga, las piernas y me doy cuenta de
que si cierro los ojos puedo deciros donde caen todos y cada uno de
los lunares que adornan su cuerpo.
-¿No
quieres dormir conmigo?.- Susurro.
De
repente ella se quita el brazo de la cara y me mira. Vuelve a clavar
sus ojos en los míos y niega con la cabeza.
-¿No
quieres?.- Me levanto del sillon y me pongo enfrente de ella.
Malú
no contesta. Creo que es la primera vez que intercambiamos los
papeles y es ella la que se siente pequeña ante mi presencia.
-¿Segura?.
-Si...
-¿Sabes
una cosa?.- Digo sentándome de nuevo.- Aún recuerdo
cuando me decías eso de "Quédate tranquila"
cuando veíamos que algunas situaciones se nos iban de
las manos.- Volvemos a mirarnos fijamente. Por fin atraje su
atención.-Si, tienes razón en todo lo que me has dicho
antes, te doy permiso para que sueltes todo tipo de reproches.-
Respiro hondo y me preparo para mi autoflagelación.
-No
quiero.-Responde fría, seca, sin ganas.
No
sé la hora que es, lo único que sé es que la luz ya
empieza a entrar por debajo de la puerta y yo necesito soltar
todo lo que llevo guardado todos estos meses. Ahora o nunca.
-Siento
el no haberte llamado, el no haberte mandado un mensaje o no haber
ido a verte cuando sabía que lo estabas pasando realmente mal.
-Vanesa
para...- Quiso levantarse pero la cogí por los hombros y
la volví a acostar.
-No,
ahora me escuchas, luego te vas si quieres pero ahora no.-
Sentencio.- ¿Que quieres que te diga? Llevo muchísimo tiempo
haciendo las cosas mal, todo me acaba saliendo al revés.- Me
levanto y acabo andando de lado a lado.-Con Inma... ¿Tu crees que es
normal lo que le estoy haciendo? ¡Coño! No siento nada hacia ella y
me siento como una puta mierda cada vez que la veo... Joder y luego
esta lo nuestro, tú y tu "quédate tranquila" ¿A si
es como me tengo que quedar tranquila Malú? ¿A si es?.- No le di
tiempo a contestar.- No te voy a mentir, al segundo de pegar ese
portazo me arrepentí. Pero volver atrás ¿para qué?
¿Para que todo se vuelva a repetir?... Estoy cansada de
ir detrás de la gente...
-Te
dijeron de compartir escenario conmigo y no quisiste...- Dijo en un
susurro mientras se sentaba .
-Claro.
Esque no quiero verte. ¡No quiero!. Joder.- Le di una patada al
suelo.-Pensaba que en todo este tiempo te había dejado claro todo lo
que me provocas cuando te veo... Y no me quiero
volver a equivocar.
-¿Para
ti lo nuestro fue una equivocación?.- Preguntó intentando agarrar
ese quiebro que terminó rompiendo su voz.
Sonreí irónicamente
y negando con la cabeza respondí:
-No
estas entendiendo nada.
No
aguanté más y terminé saliendo por la puerta. Acabé huyendo una
vez más.
Huyendo
de la verdad, tan frágil como el cristal, que por decirla
a veces la puedes llegar a romper, y esos pedacitos que quedan
sueltos te se clavan y duelen.
Lo
que no sabía era el cambio de sentido que podrían llevar mis
palabras en apenas 24 horas.
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Bueno
antes de todo pedir mil mil mil disculpas por el pedazo de retraso
que ha tenido el capi. Deciros que antes eramos dos y me he quedado
yo sola, y bueno yo trabajo 10 horas los 7 días a la semana, y esa
es mi única escusa. Daros las gracias una vez más por la
gran acogida que ha tenido mi/nuestro primer capitulo. Dije que iba a
subir dos y bueno aquí están los dos jejeje los he
ajuntado porque no tenía ni idea de como llamar al segundo
capitulo, ademas los dos hablan de lo mismo y que más da
que estén juntos o separados jaja. Gracias!
Muchisisisisisisisisimas gracias!
@Novela_MLVM
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